SEMANA SANTA: UNA HERRAMIENTA DE EDUCACIÓN PERSONAL
- Álvaro Andrey Peñuela
- 31 mar 2024
- 2 Min. de lectura

La educación cumple varios factores que favorecen el desarrollo integral de los seres humanos y su relación con el entorno; por lo que forma parte de los esquemas representativos de la sociedad, siendo una forma de educarse desde la conciencia y el sentido de pertenencia. La Semana Santa busca promover la iniciativa de un sentido más profundo de responsabilidad social y de percepción por la diversidad humana. Por esta razón, que sea integrada por las instituciones de manera respetuosa y flexible, logra que los estudiantes tengan ideas más claras en cuanto a las lecciones éticas que pueden extraerse de ella y apropiarse de sus tradiciones y costumbres.
Según algunos estudios, son muchas las formas en que esta semana puede ayudar en el enriquecimiento cultural e histórico basándose en esta celebración. Más allá de su significado religioso, que sé que es profundo para muchos, representa una oportunidad para educar en un mundo más globalizado y diverso. Si bien se sabe que este espacio ayuda a la economía y al movimiento social, las reflexiones que se pueden obtener de este emblemático espacio se convierten en una herramienta de educación fundamental para los estudiantes frente a sus realidades. Aunque en lo personal no sea muy partidario de estas tradiciones, puedo opinar que implementarlas en los currículos académicos como método de aprendizaje cultural es una manera de fortalecer el amor propio y hacia el prójimo, resaltando valores importantes como la tolerancia, el respeto y la empatía, entre otros aspectos que definen la calidad y la esencia de las personas, especialmente en sus procesos de formación.
Sin embargo, añado que estas tradiciones deben ser respetuosas y genuinas, sin ningún interés religioso o de índole sociopolítica. Es decir, que se hagan siempre respetando la libertad de pensamiento frente a sus ideologías y doctrinas, así como que estas no interfieran en sus elecciones de experimentar la diversidad social y buscar su identidad cultural. Este receso cívico, para los estudiantes, niños y personas, por el contrario, debe dejar una enseñanza clara de participación ciudadana, con el objetivo de que estas narrativas también ofrezcan un marco para hablar de historia, el arte que rodea la época, los sucesos y acontecimientos que simbolizan estos hechos.
En este sentido, puedo decir que impulsar estas ideas en las personas puede ser beneficioso siempre y cuando no se vean dogmatizadas por la iglesia u otros aspectos personales, sino que se proyecten todas aquellas cosas que mantienen viva la esperanza de las personas y el anhelo de seguir una tradición que ha sido parte de las raíces de todos los ocañeros y colombianos. En conclusión, esta semana mayor puede servir como un recordatorio en el desarrollo personal y educativo de los individuos.
En lo que pude observar en Ocaña, se vivió de manera recreativa y significativa, siempre resaltando las buenas costumbres en la fe de las personas, contribuyendo un paso más en la construcción personal de los estudiantes, haciéndolos personas con ideas críticas que generen soluciones sólidas de cambio e inclusión social, garantizando personas más apropiadas para su realidad existente.
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