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Al revisar diariamente redes sociales, noticias o cualquier medio de información nacional, el panorama es el mismo: inseguridad, robos, asesinatos o atentados. La empresa INVAMER de investigación y asesoría de mercado, realizó una encuesta llamada “Colombia Opina” que desafortunadamente arrojó resultados poco alentadores, pues el 92.8% de las personas encuestadas afirmaron que la seguridad del país ha empeorado en este 2021, desde el mes de abril, para ser más exactos.
Las hipótesis para buscar la causa de la inseguridad son muchas, desde desempleo, crisis por la pandemia y migración , entre otras, pero de nada nos sirve andar tirando la pelota del timbo al tambo si nos quedamos en palabras y no accionamos para ponerle un alto a esta problemática social que a medida que pasan los días aterra más, y es que con todo lo que está sucediendo somos muchos los que al salir de nuestras casas nos preparamos psicológicamente para lo peor, pues en este país te roban, te asesinan o te hieren, pero de las 3 no te salvas. A este paso que vamos, al terminar el año habrá más víctimas mortales por la inseguridad que por el Covid – 19. Parece que las ciudades han entrado en una competencia de quién tiene los niveles más altos de robos y asesinatos, pues nunca falta en una conversación quien diga que su lugar de residencia se ha vuelto peligroso y otro le responda diciéndole que el suyo es el más inseguro “es que ya ni los victimarios tienen hora de asaltar, antes lo hacían de noche, ahora es en cualquier momento del día” parece un chiste y a veces hace reír, pero no señores, este tema es cosa seria, muchos se hacen los indiferentes o no le dan la atención necesaria, hasta que no se encuentren en esta situación, ser poco apáticos, le llaman.
Según el medio de comunicación “EL TIEMPO” las zonas que más registran aumento de hurtos en el país están en las principales ciudades, así mismo, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en uno de sus informes realizados a comienzo de año, determinó que los lugares considerados más peligrosos en las zonas urbanas son: la vía pública (con un 41,2%), el transporte público (33,9%), los puentes peatonales (con 29,7%), seguidos por las plazas de mercado y los cajeros automáticos, también se estableció un ranking de las ciudades más inseguras según los colombianos, reportando que las tasas de percepción de inseguridad más altas se ubican en Cúcuta (71,9%), Bogotá (69%), Pasto (68,6%), Cali (65,9%) y Villavicencio (63,1%), todo esto solo a comienzo de año y para nadie es un secreto que en menos de 6 meses subieron drásticamente los niveles de inseguridad, parece como si se hubiera corrido la voz de que estaban aumentado los hurtos para que la mayoría de ciudades del país, empezaran vivir esta pesadilla que va en contra de lo que alguna vez fue uno de los grandes sueños de toda Colombia, convivir bajo la paz, la seguridad y la armonía que prometía la mayoría de aspirantes políticos (por no decir todos) y que a la hora del té parece que se les salió de las manos.
A medida que la inseguridad aumenta y la población se siente menos protegida por las autoridades competentes, también se pone de moda la justicia a mano propia, diariamente escuchamos o somos testigos de casos donde la comunidad se une para detener de una vez por todas la delincuencia, esto es un tema muy delicado y grave; para no irnos muy lejos tenemos el reciente caso del joven en Cúcuta, Norte de Santander que al entrar a robar a un establecimiento fue sorprendido por quienes ahí estaban, quienes lo golpearon hasta morir; en este punto es donde todo se sale de control, nadie puede atentar contra la vida de nadie, es necesario buscar medidas y estrategias para que esta problemática social se reduzca, porque es casi imposible desaparecerla; necesitamos más oportunidades laborales, mejor uso de los espacios públicos, escenarios recreativos donde las personas puedan involucrarse positivamente, porque no solo es llenar las calles de militares y aumentar la vigilancia, no podemos usar todo el tiempo la violencia para disminuir la inseguridad, aquí es cuestión de involucrarnos todos como ciudadanos y tener sentido social. Como dice Juan Rulfo: O nos salvamos juntos, o nos hundimos separados.
NOHORA ALEJANDRA MALDONADO CONTRERAS
COLUMNISTA POLSO
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