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Los problemas que enfrenta nuestro país actualmente y que ha tenido por mucho tiempo no son solo en el ámbito social o económico, también nos preocupa a la gran mayoría un tema fundamental y no menos importante: el medio ambiente.
Sabemos que Colombia, tiene un gran número de especies de flora y fauna; según National Geographic Colombia atesora prácticamente el 10% de la biodiversidad del planeta en su 1.1 millones de km2. En esta extensión se hallan centenares de ecosistemas diferentes, hábitat de un gran número de anfibios y aves, algunos de ellos en peligro de extinción.
Aunque contamos con tanta riqueza natural y nuestras tierras son de las principales fuentes económicas por el trabajo realizado desde el campesinado, la irresponsabilidad de los seres humanos, la avaricia y el poco sentido de pertenencia que tenemos como país, nos ha llevado a destruir los ecosistemas, a deforestar en cantidades inimaginables y a llevar al peligro de extinción a muchos animales, sumándole a eso la insistencia por realizar minería ilegal en lugares naturales e implementar el fracking, que es una técnica de extracción que consiste en fracturar rocas que tiene petróleo y gas atrapados en su interior.
En el año 2018, el 70% de la deforestación que sufrió Colombia, fue en la selva Amazónica, el pulmón del planeta, miles de hectáreas de bosques tropicales son deforestadas con el fin de implantar nuevas zonas de monocultivo y prados para alimentar ganados (ecología verde). Estas, aunque son cifras de algunos años puede ser alarmante, pues somos conscientes que, al transcurrir el tiempo, la tala indiscriminada y los niveles de contaminación no han mejorado en la actualidad.
Ser un país diverso y rico en ecosistemas no solo es algo positivo, pues eso significa que también estamos en la mirada de grandes empresas o elites que buscan beneficio económico a través de las riquezas naturales y estos beneficios llevan a la destrucción de grandes especies y llevan a un daño ambiental irreversible, la lucha por impedir la minería en el páramo de Santurbán es un gran ejemplo de esto, la portada del libro de historia natural de Colombia, por llamarlo de alguna manera y es que es inaudito que quieran apoderarse de esta gran fuente hídrica del país que ha ayudado por mucho tiempo a suministrar agua a muchas poblaciones. Vivir sin petróleo o sin minería puede resultar posible, pero vivir sin agua es un pase directo al fin.
Entre los grandes desafíos ambientales que ha tenido nuestro país, no solo se encuentra la contaminación en general, también existe un problema grande que deja mucho que pensar, y es el asesinato a los lideres ambientales del país. Según INDEPAZ (Instituto de Estudio para el Desarrollo y la Paz) hasta septiembre del año en curso, se habían registrado 611 personas líderes y lideresas defensoras del medio ambiente asesinadas desde la firma del acuerdo de paz. De ellos, 332 son indígenas (custodios ancestrales de la madre tierra), 75 son afrodescendientes miembros de consejos comunitarios protectores del territorio, 102 son campesinos defensores de territorio, 25 son líderes activistas ecologistas y 77 campesinos miembros de Juntas de Acción Comunal que se han caracterizado por la defensa de su territorio.
A raíz de esto, solo queda buscar la forma de retrasar el poco tiempo que le queda a nuestro planeta, generar estrategias para detener la contaminación, como el reciclaje, reducir el uso de plástico, utilizar de buena forma el recurso hídrico, reducir la deforestación y seguir generando planes de protección no solo ambiental, sino para los defensores, lideres y lideresas del medio ambiente, porque son ellos los que diariamente actúan frente a los desafíos ambientales y protegen nuestro entorno.
NOHORA ALEJANDRA MALDONADO CONTRERAS
COLUMNISTA POLSO
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