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LA TECNOLOGÍA Y UNA GENERACIÓN DE EXCUSAS.

  • Foto del escritor: Polso
    Polso
  • 26 abr 2022
  • 3 Min. de lectura

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Por: Harlen Barrios


Las nuevas tecnologías, el uso del internet y las redes sociales, son avances tecnológicos que ayudaron mucho a la comunicación rápida, pero empeoraron la verbal y convirtieron a los seres humanos en una excusa constante.


El mundo entero enfrentó una crisis llamada COVID-19, que sigue vigente, pero con menos intensidad, todo esto por causa de los avances tecnológicos, científicos y médicos del siglo. La pandemia obligó a los seres humanos a refugiarse en sus hogares y depender de los medios tecnológicos para poder comunicarse con la familia, amigos y vecinos.

Los estudiantes de colegio al igual que universitarios, cambiaron su cuaderno por un computador, celular o tableta, su aula de clases por un lugar en la sala de su casa o su dormitorio y fue entonces cuando la tecnología retó a la educación de un país tan poco desarrollado como Colombia.


El 16 de junio de 2021, el actual presidente de la República de Colombia, Iván Duque Márquez, tras reunirse con varios sectores de jóvenes del país, decide avalar recursos del gobierno nacional para que el 97% de los estudiantes de estratos 1, 2 y 3 reciban educación gratuita en cualquiera de las 63 instituciones de educación superior, noticia que llegó en medio de una crisis mundial y que alegra a quienes lucharon en las calles porque esto fuese una realidad.


Dadas las condiciones de una educación gratuita, el estudiante tendría entonces la posibilidad de seguir sus estudios por medio de un celular, tableta o computador y es donde aparece el internet como una herramienta directa de comunicación entre profesor y estudiante. Plataformas como Meet, Zoom, WhatsApp y Telegram se convirtieron en las aulas de clase y el cuaderno de tareas de muchos de nosotros.


Ya no existiría excusa para poder asistir a las clases virtuales, no habría más estudiantes procrastinadores, sería una manera cómoda de estudiar en sus camas o en sus escritorios con un plato de comida, un jugo o muchas veces con unas “onces” que pudiesen hacer la clase más amena, programaciones de seis de la mañana hasta nueve de la noche, profesores y estudiantes educándose, pero en sus casas, aprendiendo de este reto sin precedentes. ¿Soñado?, podría ser más lindo y aunque en el párrafo anterior acudí al sarcasmo, quisiera más bien, no hacerlo más, puesto que, muchos de los estudiantes que quisieron seguir sus estudios vivían en zonas alejadas de la civilización tecnológica que hoy rodea solo a ciertas zonas privilegiadas del país, ¿podría entonces tener solución?, no sé, pero el pasado 15 de agosto de 2020, el Ministerio de las tecnologías de la información (MINTIC) publicaba varias condiciones para licitar un proyecto de acceso gratuito de internet para más de 10.000 comunidades pertenecientes al sector rural, en las que podría alargarme, pero es más larga la cifra de un dinero que no apareció y como va Iván, no aparecerá, en pocas palabras se “abudinearon”, ese dinero. Entonces podría decirse, que en Colombia: Educación gratuita, ¿Internet NO?, en medio de pandemia, imposible para algunos, ¿pero y los que sí tuvieron la posibilidad?


El retorno a la nueva normalidad.


Aunque fui de los pocos que estudié bajo la modalidad virtual en medio de la pandemia, por temas económicos pendientes con la universidad, las veces que tuve la oportunidad, me conectaba muy puntual, asistía a todas las clases y existían unas ganas inmensas de poder siempre compartir espacios con mis amigos y profesores, tras casi dos años de ausencia.


Gracias a los avances médicos y tecnológicos, las vacunas hoy nos permiten de nuevo, recorrer las calles, hablar con nuestros seres queridos, amigos y conocer nuevas personas que en medio de la pandemia solo conocíamos en redes sociales.

Volver a la universidad, es un regalo divino, es la esencia del ser de nuevo, de compartir pensamientos, filosofías y hasta debatirlos, volver a estar de nuevo es un regalo.


¿Una generación de excusas?, se preguntarán entonces, muchas veces adopto ser crítico, fuerte, bajo el concepto de que el ser humano está capacitado para adaptarse a cualquier situación de la vida, para reinventarse y comenzar de cero las veces que quiera sin rendirse.

Hoy hago una crítica fuerte hacia nosotros, ¿por qué?, las tecnologías transformadas en mecanismos de información nos convirtieron en zombies, en seres poco autosuficientes y que si algo nos debió haber enseñado esta crisis mundial fue a reinventarnos, pero en mi concepto, retrocedimos, no dimos un paso adelante, estamos tres atrás.


Lastimosamente, ni un libro virtual se hace tan interesante como los contenidos de tiktok, Instagram y Facebook.


Hace poco, entrevistándome con varios de mis docentes, me expresaban una gran preocupación, el estudiante post pandemia es un ser nuevo, no le gusta leer, no le gusta aprender, copia y pega, aparte a ello, el celular, computador o Tablet, no se volvieron su solución, se convirtieron en su cárcel.


Bienvenidos, al siglo donde quienes exigían luces, las apagan porque les fastidian los ojos.

 
 
 

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