GENTE: LA POLITIQUERÍA TIENE ACABADA A OCAÑA.
- Polso
- 29 sept 2023
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 29 abr 2024

Entiendo la política como el arte de poder servir a una sociedad que desamparada espera que sus derechos fundamentales sean cumplidos, entiendo al político como el ser que representa las voces de un pueblo que exige sean solucionadas sus necesidades bajo sus derechos y entiendo al pueblo como el cúmulo de personas que eligen mal al político que los representa para después hablar mal de la política.
No se me hará extraño que en cualquiera de las calles de Ocaña, el día después de las elecciones se hable de lo mal que nos va a ir, y es que cualquiera sea el ganador a primer mandatario de la ciudad, igual va a tener comentarios negativos, positivos y otros que prefieren mejor no opinar, pero la idea central es poder enfocarlo a usted, querido lector, a poder adueñarse de su criterio y no elegir lo que vienen eligiendo cada cuatro años. Las aspiraciones de los más de 15 candidatos a la alcaldía me dejan perplejo, pues nunca había notado tan noble intención de querer “salvar a Ocaña”, pero ¿salvarla de qué?, entonces me encuentro en dicha lista a dos exalcaldes que, si no la salvaron en su tiempo ¿lo pueden hacer ahora?, piense usted lector, que esto no es una crítica o un incentivo a no votar por ellos, estoy queriendo decirle que sino no sabe de sus administraciones, pues asesórese de aquellos que tal vez en su época votaron y vivieron, créanme que será satisfactorio para quienes piensan que Ocaña debe avanzar.
Quisiera que no fuese esto una sátira, pero es que ya se me hace demasiado familiar que cada cuatro años aparezca un señor, que vestido de azul y con una estatura demasiado peculiar, quiera venir a pescar en río revuelto, asesorando de manera económica a unos cuantos candidatos que prometen lo mismo: “Hay que mejorar la vías de Ocaña, hay que trabajar para que el round point de los seguros, hay que asesorarnos del consorcio de la ruta de La Luna para construir la vía que nos acerque a Gamarra…” y por si fuera poco, prometiendo una cantidad empleos, ¿para quienes? ¡Hombre! Qué desfachatez.
La cantidad de candidatos a la alcaldía me deja claro qué, la anterior administración dejó además de las concesiones del agua y el matadero municipal, una cartera vacía, pero entonces, ¿se puede salvar a Ocaña sin dinero?, está claro que los empleos que ofrece un cierto candidato no saldrán entonces de esas concesiones, o pueda que sí, o tal vez exista una jugosa recompensa, porque en la historia de Ocaña tantos candidatos, no iban a tener aspiraciones para “salvar a Ocaña” debe existir algo que a simple ojo de buen cubero, no se ve.
ARMÉMONOS de información antes de votar, pues no creo que tampoco sea un buen mensaje dejar que nos gobierne alguien que incite a ARMARSE para poder detener un ladrón, y es que para el que no conoce la ley, hoy hasta darle duro a un ladrón en defensa propia, nos podría dar unos dolores de cabeza y unos cuantos millones de pesos al que nos está robando, esto es Colombia.
Que la juventud no sea sinónimo de inexperiencia, pero tampoco de lavarse las manos cuando de padrinos políticos se pregunte, pues existen varios candidatos que niegan sus nexos con los altos gamonales de Norte de Santander, frases como: “Yo no apoyé, yo no estuve, yo ya no estoy, yo no hice” hacen parte de una larga lista de frases que, incentivadas para ganar adeptos, lo hacen quedar en medio de la ridiculización, entonces aparece detrás de esas grandes líneas políticas el señor de azul y baja estatura, varios asambleístas y unos que de rojo vienen simbolizando su apellido con quien estuvo crucificado, me disculparán entonces, pues hablar con nombres propios me sentenciaría, aunque ellos ya saben quiénes son.
Están también dentro de esa larga lista varios excandidatos, tienen una intachable hoja de vida, pero que aparecen solo cuando es época electoral, no viven en Ocaña, ostentan puestos de carácter público y a su vez se destacan por el manejo dado a cada una de sus actividades, pero querido lector, ¿conocen estos la realidad de Ocaña en los últimos años?, por otra parte existen en su larga extensión candidatos con historias de vida que muestran éxito y son ejemplo de actividades económicas en otros lugares de Colombia, ¿y Ocaña?
Cuestionarse puede ser tal vez ese requisito que deba implementarse a la hora de votar, pues como escritor y habitante de este hermoso pueblo, estoy destinado desde mi profesión a informar, pero también ayudarle a cuestionarse sobre eso que muchas veces usted como ciudadano no está dispuesto hacer. Tomaré una posición crítica, no reciba los 50 mil pesos, no vote por el que le pega a las mujeres, no vote por esos que hacen que la comunidad se tenga odio, no caiga en la desinformación, evite votar por los que no han hecho nada en cinco periodos en el congreso, no vote por los asambleístas que dicen amar Ocaña y no vienen ni para dar gracias, no vote por los que niegan sus nexos políticos (así niegan sus propias madres), no vote por el que les promete un empleo, VOTEN por el que en realidad crean que puede cambiar la situación de un pueblo que se derrumba a pedazos, de su historia, de sus calles, de su gente, de su seguridad, no vote porque le dijeron, vote por el que usted crea conveniente de la propuesta, VOTE, pero VOTE a conciencia, para que después no esté diciendo: LA POLITIQUERÍA TIENE ACABADA A OCAÑA.
AUTOR: HARLEN BARRIOS
Comments