¿Por qué buscamos afuera lo que está adentro?
- Polso
- 15 mar 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 18 mar 2022
Por Sergio Arévalo - Columnista

Si hacemos referencia al agro colombiano nos encontramos con problemas constantes y agotadores tales como la reducción de precios ofertados por los intermediarios, la falta de logística en el transporte de la cosecha, cambios climáticos etc.
pero enfocándonos en la premisa que menciona el título "¿Por qué buscamos afuera lo que está adentro?" las tierras colombianas tienen una riqueza inmensurable por su clima tropical, que produce por ejemplo más arroz del que puede llegar a consumir, pero los agricultores se encuentran apretados económicamente, algo que es contradictorio. ¿Por qué sucede esto? Veamos, los tratados de libre comercio redactados bajo la administración del expresidente Álvaro Uribe Vélez y firmados en la administración de Juan Manuel Santos (En noviembre de 2006, en Washington. En Colombia, el Congreso de la República aprobó el Acuerdo en junio de 2007 y un mes después el Presidente de la República sancionó la Ley 1143 que le dio vida) empezaron a importar productos que ya se producían aquí en colombia ejemplo: entraron al país arroz chino, canadiense, peruano, gringo y muchos más, entonces a los molinos (intermediarios) se les hace más fácil y barato mezclar arroz extranjero con local y decir que es un producto colombiano; de ahí el mito "el arroz es de caucho" porque no sabe igual, ¿quién es el que sufre aprietos en su economía? el campesino, pero la cosa no para allí, al agricultor no se le paga por la cosecha en total sino que el arroz pasa a ser revisado en laboratorios que no pertenecen a terceros sino a los mismos molinos (intermediarios) aunque se encuentre un porcentaje, no se le paga al agricultor pero el molino se lo queda y lo vende.¿Cuando vamos a dejar de desangrar al campesino y honrar a los que no merecen honra?
El campesino al no darle la tierra decide ir a la ciudad a trabajar en la "jungla de concreto", a sobrevivir trabajando, en el caso de Ocaña en "moto piratas" cuando como ciudad necesitamos más bien es abastecernos de sus productos orgánicos
y no de los transgenicos del supermercado amarillo y azul. El abandono estatal a nivel social, lo vemos en estigmas como "eso es duro para el campesino" aludiendo a que la persona es "bruta". ¿Qué hay de malo en este dicho?, la ofensa al campesino, pues sin él no nos jactamos en el caso de ocaña de la "Cebolla Ocañera", preferimos honrar al político de turno que al terminar su mandato se va a vivir lejos de ocaña, que al campesino.
Hablando de la zona del catatumbo que ha sufrido las consecuencias del conflicto armado vemos que existe todavía problemas en la logística y transporte de las cosechas, solo basta con visitar Aspasica y ver como los carros suben cuestas de casi 90 grados, haciendo del transporte casi una hazaña, y que hablar de las labores de alcaldes como en la playa de belén que gentilmente le compran la cosecha al campesino y se le regala a la comunidad pero sin ofender, son solo paños de agua tibia. Existen videos donde los burgomaestres hacen llamado a no olvidar la cebolla ocañera y esta se pierde por montones. Acá mientras prefieren la cebolla peruana solo por ser más barata ¿qué resultado trae esto? que nos llamen el país que no quiere progresar, estas decisiones son un daño colateral porque el campesino al no poder sostener su tierra y verse forzado a préstamos le "desangran" y pasan las tierras a ser de multinacionales que no tienen nada que ver con la cultura colombiana pero tienen el dinero y los materiales tecnológicos prefiriendo el gobierno dejar a los de afuera y expropiar a los de adentro, por eso somos un país rico que no es consciente de su riqueza, de vista corta.
Dios nos guarde de ser aquel caballo que aparece en el libro "la rebelión de la granja" que trabajaba con entusiasmo y ánimo pero las fuerzas se agotaron y no tuvo la honra que se merecía. querido lector aún yo me incluyo, dejemos de "tirarnos" de europeos y maldecir la hermosa tierra que tenemos.
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